ENVEJECIMIENTO II
Como mencionamos en el blog anterior ‘ENVEJECIMIENTO‘, el envejecimiento es un proceso biológico, progresivo e irreversible, condicionado por determinantes genéticas individuales y factores externos como por ejemplo alimentación, consumo de tabaco, exposición solar, etc. Existe así, un envejecimiento cronológico intrínseco de cada persona y el fotoenvejecimiento, que es el envejecimiento prematuro de la piel resultante de la exposición repetida y prolongada a la radiación solar (hablaremos más en profundidad en la próxima entrada) .
Dentro de los primeros signos del envejecimiento se describe la aparición de delgadas líneas en la piel que luego evolucionan a arrugas más marcadas, pérdida de densidad cutánea que conduce a flacidez, que sumada al debilitamiento de los ligamentos encargados de mantener las distintas estructuras del rostro en su sitio, generan aspecto de descolgamiento facial y por ultimo la pérdida de volumen que es consecuencia de la disminución del tejido graso y muscular. Todos estos cambios comienzan a hacerse evidentes a partir de los 25 años de edad, evoucionando de manera progresiva.
La epidermis, que es la capa más superficial de la piel sufre un adelgazamiento generalizado, también la dermis, que es la capa intermedia de la piel, esto conlleva a la fragilidad cutánea.
Con el paso del tiempo, los queratinocitos, que son células que forman parte de la piel, comienzan a envejecer, dejan de multiplicarse, permaneciendo en un estado de pausa; los mecanismos reparadores de las células empiezan a fallar, pero aún así estas células no mueren. De esta forma comienzan a acumularse lesiones celulares a causa del estrés oxidativo, aumentando la inestabilidad genética y la presencia de mutaciones.
La oxidación es un proceso fundamental, ya que a partir de este se obtiene energía celular, sin embargo cuando se presenta de manera excesiva, se generan radicales libres que dan origen al estrés oxidativo, que está directamente relacionado con la aparición de varias enfermedades propias del envejecimiento como por ejemplo cáncer. También influyen directamente en el envejecimiento cutáneo, ya que el colágeno comienza a degradarse cuando aumentan los niveles de radicales libres. Por eso es importante mantener una buena concentración de antioxidantes ya sean los que se generan de manera endógena en cada persona o los de consumo externo, obtenido por la dieta o suplementos. Cuando uno llega a determinada edad, este equilibrio de radicales libres y antioxidantes comienza a fallar, por eso somos más propensos a sufrir enfermedades propias del envejecimiento.
También es habitual ver lesiones cutáneas características de la exposición solar, llamadas lentigos solares, son manchas amarronadas que se disponen en áreas expuestas al sol. Con el envejecimiento los melanocitos, que son las células que dan pigmento a la piel comienzan a disminuir en número.
En la dermis también ocurren cambios, su principal componente es el colágeno, que se produce por unas células llamadas fibroblastos, con la exposición solar las fibrillas normales de colágeno son sustituidas por un material amorfo, sin función. Este fenómeno se conoce con el nombre de elastosis, que es más abundante en las áreas de exposición solar, como por ejemplo el rostro. No solo disminuye la producción de colágeno y su destrucción, además existe una marcada disminución de la cantidad y capacidad de los fibroblastos, dando lugar a una desorganización del tejido cutáneo y pérdida de elasticidad.
También aparecen dilataciones de los vasos sanguíneos, conocidos como telangiectasias o arañas vasculares.
Con todos estos cambios, sumados a la perdida de ácido hialurónico, y otras moléculas que dan estructura a la piel, en MANÜIA hemos creado distintos tratamientos Médico Estéticos para acompañar a los pacientes en el proceso del envejecimiento cutáneo. Es importante combinar varios de ellos que aborden al envejecimiento en distintos niveles para poder obtener mejores resultados.
Ahora que sabemos que sucede en el interior de la piel, podemos ofrecer tratamientos para hidratarla, para aumentar la cantidad de fibroblastos en la dermis y por ende la cantidad de colágeno de buena calidad, mejorando la densidad de la piel, podemos eliminar manchas cutáneas, aumentar la cantidad de antioxidantes, etc.
Es importante remarcar que cada tratamiento debe ser individualizado ya que cada paciente es diferente, cada uno presenta factores intrínsecos y extrínsecos distintos, se encuentran diversas lesiones cutáneas, en distintos grados de evolución, por eso la importancia de personalizar las consultas.
Si te gustaría saber el estado de tu piel y conocer los diferentes tratamientos que ofrecemos en MANÜIA, no dudes en solicitar tu diagnóstico totalmente gratuito y sin compromiso con nuestra doctora.
Te esperamos!
